viernes, 30 de marzo de 2018

CULTURA DIGITAL PEDAGÓGICA

En el cierre de las actividades del Proyecto Red Global de Aprendizajes, desarrollado el 30 de noviembre de 2017, el Prof. Wilson Netto decía que las actividades que se habían compartido durante la tarde daban cuenta de un cambio cultural, que se advierte tanto en las producciones que se compartieron como en las expresiones de los actores.

Mientras lo escuchaba me preguntaba cuál es esa nueva cultura a la que cambiamos y al pensar en las instituciones y en las aulas, entiendo que esa nueva cultura, como lo dijimos en el último congreso Siglo XXI: Educación y Ceibal, se trata de una cultura digital pedagógica.

Claves para seguir avanzando…

Primera clave: hay que entender que el obstáculo ya no es tecnológico, sino metodológico.El cambio pasa por comprender que las tecnologías tienen un potencial interesante y que, si se planifica acertadamente su integración, constituyen una oportunidad para la mejora de los aprendizajes. Como dice Fainholc (2017) “el problema no es ahora el acceso a los entornos educativos virtuales, porque cada vez son más abiertos y libres, y de menores costos. El problema no es tecnológico ni económico, sino de opción epistemológica y político-cultural de las instituciones”…(Pág. 54). En este sentido el acompañamiento a esos docentes que todavía, por diferentes razones, no son partícipes de esa cultura digital, más que brindar recetas, tiene que generar un cambio de actitud fruto del sentido que descubren en las tecnologías al integrarlas a sus prácticas cotidianas. Al respecto Vaillant (2017) rescata esta idea de la importancia de la actitud al expresar: “La familiaridad con las tecnologías es un requisito para su integración en el aula, pero por si sola no basta. El éxito depende de manera importante de la actitud de los docentes”. (Pág,. 89)

Segunda clave: es necesaria una postura docente crítica. Las decisiones que se adopten a nivel institucional, o de aula tienen que ser por convicción y no por una prescripción externa. Iaies y Ruibal (2017) nos advierten respecto a que “el punto de partida para planificar el uso de nuevas tecnologías como componente propio del sistema educativo está en la comprensión de las demandas de la escuela y sus actores para resolver problemas fundamentales y encarar procesos institucionales de mejora de los aprendizajes de todos…(Pág. 119). Reforzando esta idea, y del mismo modo que Beatriz Fainholc (2012) refiere al concepto de tecnología educativa apropiada y crítica, también la cultura digital pedagógica es apropiada y crítica, porque, si bien puede generarse desde aportes externos, se consolida a través de reflexiones y procesos internos de cada uno de los actores.  

Tercera clave: No alcanza únicamente con el compromiso de los docentes que desarrollan sus prácticas en el aula, se requiere un compromiso colectivo que incluya a todos los actores, pero sobre todo a los supervisores, tanto los de primer como segundo orden. En este sentido es primordial el rol del maestro director como líder pedagógico de la institución, capaz de generar las condiciones para habilitar la consecución de los objetivos educativos. Compartimos una reflexión de Barrios (2017) que refuerza esta idea: “el supervisor es parte del proceso de construcción de otras señas de identidad de la institución con énfasis en nuevos modos de pensar y leer el mundo”.(Pág. 109).

Cuarta clave: este proceso requiere una alianza con la familia porque no se trata de habilitar todo lo que está al alcance de la mano de los niños. Muchos autores han escrito sobre este aspecto: Balaguer (2017) expresa: “Hace ya un buen tiempo que planteamos con convicción que no solo se trata de cuándo darles a los más pequeños la primera pantalla, sino de cómo y para qué hacerlo”… (Pág. 27).


Concretar o alcanzar estas cuatro claves que hemos visto van a permitir a su vez generar un escenario educativo permeado por esa cultura digital pedagógica que habilitará un mejor contexto para el aprendizaje, pues lo esencial radica justamente en lograr contextos de aprendizaje acorde a la realidad en la que viven hoy nuestros niños. Cobo (2017) aporta argumentos que refuerzan esta idea cuando expresa: el reto está en trabajar en ello y promover que se generen contextos de aprendizaje que favorezcan la configuración de un ecosistema de innovación y construcción de conocimiento capaz de ir más allá de los contenidos y los contenedores.(Pág. 61).

Cuando se nos pregunta cuál es el cambio que ha generado el Plan Ceibal, creo que una de las respuestas es esta idea del cambio cultural que se vive en las aulas, fundamentalmente a nivel del Consejo de Educación Inicial y Primaria..

martes, 27 de marzo de 2018

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